sábado, 20 de enero de 2007

07 CUATRO MUJERES...


Cuatro mujeres guardan mi cama
cuatro mujeres que me la guardan.
Un galán, un gentil hombre
fuerte varón que manteado fuere.
A la boda vayamos
(alegremos el mal de los mortales.)
Sátiros y ninfas
todo mudemos

21 DIÁLOGOS:

Anónimo dijo...

(Un duende llega hasta la cocina, escondido dentro de un tonel)

Qué bueno aromas hay por aquí, seme abre el apetito, quiero probar ya, la impaciencia me mata...
total a río revuelto, ganancia de pescadores.

(Se traslada sigilosamente hasta quedar debajo de la mesa)

grandchester dijo...

(La Novicia)

Entra la Novicia,
no ve más que el silencio.

Se desprende los hábitos
y queda en bombachas.
Se transparentan dos senos
que apenas maduran
y unas magras caderas
de trigo apretado.

Se recuesta perezosa en la mesa
y se revuelca en la harina.

Delgados rayos de sol
van dorando
la fina nube de polvo
que viste una rosa
de blanco.

Ah!
Que rica es la caricia
cuando es suavidad
de la brisa en la piel.

La madera lubrican sudores
con aguas, sales y aceites
de Puber Muchacha.

Da vueltas y vueltas.
A veces le cuelgan
lánguidos brazos y piernas
al alcance del Duende.

Gratamente se amasan
en virginales suspiros
el pan y el pastel
para el brindis de novios
la noche nupcial

…………………………
En la cava maduran los vinos
que maceraron
hace dos y tres años
los pies de la entonces
Niña Novicia,
después de hacer
con sus manos vendimia.

Thérèse Bovary dijo...

(entra la doncella Therese atraída por los aromas delicosos de la cocina)

Cocinerita, cocinerita, ¿qué estáis tramando para la cena de bodas?

Yo no como carnes ni rojas ni blancas... recordadlo

Y me fascinan demasiado los postres y los quesos.

También el vino blanco, cocinerita y ese famoso Krypalis que ha dejado la tendalá por estos lugares non sanctos

Avisadme os lo ruego

(casi en secreto al oído de la cocinera permifada o tomillo y romero)
No tendréis por ahí algunas de esas lecturas prohibidas en el reyno: novelitas... vos sabéis...

Rafa dijo...

(DLR entra con las barbas mojadas de apetito, dirige una cálida mirada a la cocinera y pregunta...)



_ hermosa mujer, teneis algún manjar que pueda servir al placer del paladar mío..?


(a continuación, se sienta al borde de la ventana y mientras se desprende de sus atavíos, recoge un copón de madera y lo colma de vino dulce, hasta el borde...)

Anónimo dijo...

(Se mete debajo de las múltiples faldas de seda de la doncella)

Pero qué suerte he tenido,
aquí tengo la mejor casa
a la que se puede aspirar
seré un duende irinerante
como un caracol
pero me aseguraré de no delatarme
dejando caer la baba,
pero qué calor hace aquí
y qué agradables aromas...

Anónimo dijo...

(La doncella Therese ve al Caballero de la Rosa, ahora del dulce Rocío, sentado en una mesa cercana a la puerta. Está bebiendo su copón de vino. Therese, muy doncella, se acerca a él)

-¿Puedo sentarme a vuestro lado caballero? ¿Deseo haceros algunas preguntas? ¿Tenéis un tiempo para mí?
(El caballero de la Rosa la mira con unos ojos muy dulces y le habla con una voz que ella no habrá de olvidar mientras viva. Él ríe con fuerza al verla temblar.)

-Caballero de la Rosa, quiero beber de vuestro vino, así sabré vuestros secretos mientras escucho las respuestas que daréis a mis preguntas.

(Cuando pone los labios en el borde de la copa, la doncella siente un cosquilleo entre sus piernas. Algo hay que se mueve bajo las gasas magentas con que ella deambula por el castillo como una fantasmita con la razón extraviada)

¡Ay, qué me pasa! ¿qué me están haciendo? Y eso que ni siquiera he bebido ni un solo sorbo de este vino.
(asustada le devuelve la copa al caballero de la rosa y escapa de la cocina. El cosquilleo continúa entre sus piernas, y sube y baja mientras ella camina. Se detiene junto a una columna que da a las escaleras de la mazmorra y se levanta, para revisar, las gasas de sus ropas una a una. Ahí encuentra la sorpresa)

-¡Pero qué esd esto! ¡Ajjjjjjjjjj, asqueroso bicho!
(intenta sacárselo, pero el ser extraño se le aferra a las piernas con fuerza)
-Doncella no soy un bicho ni soy asqueroso, solo soy un duende enamorado de todas las damas del castillo Lear. Llegué del reyno vecino donde hay puras guatonas que no se bañan ni se depilan, en cambio aquí hay mujeres suaves. hermosas, perfumadas y muy ardientes... ¡¡¡ay, muy ardientes!!!!
Y alguien me dijo que vos erais la más ardiente de todas, junto con una tal Trina que dicen que se fue al cielo...
-Mira, enanito, anda a buscar otras faldas, porque yo tengo dueño y un amor muy grande. Nada tengo para ti, pero hay varias damas por aquí que sueñan con esos placeres que vos queréis dar y recibir. Os deseo suerte...
(le ayuda a sostenerse en el suelo, ya que está medio mareado con el movimiento y los aromas íntimos de la doncella, le acaricia las mejillas y le besa la frente.
¡Suerte, duende de los ojos grises, y nos vemos en la fiesta de la boda! Adiós...

Anónimo dijo...

Bueno, nada se perdía con actuar, seguiré apostando al factor sorpresa...
al menos la doncella fue amable, pero lo de bicho asqueroso ya me está cansando...

Anónimo dijo...

No, duendecito lindo, si eres muy amoroso, es que al principio me asusté, pero después entendí que eran vuestras necesidades de afecto.

doncella therese

Marga dijo...

(La cocinera sale de la tahona con las manos llenas de harina... la novicia tras ella)

Sorprendida me hallais, caballero de la Rosa... qué? bebiendo mis ambrosias? Acomodaos, no hay cuidado... (qué extraños ojos golositos tiene la cocinera esta mañana)

Doncella Therese, los preparativos correrán a cargo de mis ayudantes y el Rey ya mandó sus deseos. Han de ser de vuestro gusto, seguro!
Para cuando el evento nupcial? (susurrando: os pasaré las hojas de Naná, recién tipografiadas en la linotipia del sótano por las novicias)

Aggg qué asco me dan los duendes... sape, sape... fuera de mi cocina que luego todo sabrá a musgo!!

Voy a por el libro de recetas fusión, haré una emulsión de tortilla de patatas, quién gusta de mi ánimo deconstructivista? Hay días así...

Rafa dijo...

(DLR se incorpora y cruza la habitación de un sólo paso.

Le acomoda el cabello a la cocinera, para que sus trenzas no caigan dentro de la olla en la que se cuecen unas chuletitas de cordero, al pilpil)


le dice:


- no sabeis el apetito que llevo dentro, bella cocinera...


- y qué olor llevas maja. De fábula..!


(mientras dice ésto, se lleva una mano al cinto y piensa en la señora de sus sueños...)

Marga dijo...

Caballero de la Rosa, gentil olfativo, apartad de las ollas o sus olores podrían quedar impregnados en vuestras ropas!

En un momento os preparé un caldo a la gallega con lacon y unas tapitas del mejor ibérico para saciar vuestro apetito...

Se os oscureció la mirada o fue cosa del fogón?

Rafa dijo...

(DLR sigue pensando en la dama de sus sueños...

Apartando la mirada de los senos de la cocinera, le dice


- mis barbas van a flipar cuando en mi lengua estén sus delicias...


(ante la fantasía que le provoca la cocinera, y frente a la idea de comerse unos trozos de pata de cerdo, se sienta a la mesa de diario y se arremanga la gruesa capa de piel que le cuelga del semillero...))

Anónimo dijo...

(Camino a la cocina, doña Eduviges habla para sí, en voz alta)

Ben haiga con el castillito este, mejor me habría fijao máh en el aviso de loh economicoh. y lleno e piegras está esta custión, oiga, si parece que ayer nomás hubira temblao. aunque acá toos andan medios tembleques y templaos pa que vamos a venir con una cosa por otra, oiga, y además eso de andar dicéndose, "vos", "podéis", "servíos", como si esuvieran en un cuento o la teleserie de los capos, aunque esos eran bachichas... pa mí que son puros egeneraos nomás y la doncellita, mei, doncellitas conmigo, que se me pasa puro arrancando cuando miro oal lao.

(entra a la cocina y al ver al de la Rosa -que aclaramos debe llamarse a sí mismo "el dulce caballero" y dedicarse a los versos y no andar piñiscando ni a la cocinera ni a sus cocimientos y a otras doncellas no autorizadas por SM y menos a el Cardenala- se le encienden los cachetes y abre como platos los ojos)

miren veh, y voh güeñe, en qué andai por aquí. y hablando también como los jutres de aquí, si están toos medios tocaos. y mirah, ahora rubiecito el agilao y se llama de la Rosa. Voh no sabiaih quel mundo eh un pañuelo, agilao, y más si soi del sure. se van pá Talca y ya se creen en Londreh.

(le da un coscorrón al caballero del Dulce de Mosqueta -la mentada doña Eduviges dice que ese es su verdadero nombre en el "sure"- en la nuca)

y tomando vino eh jutre, cuando en Hualpentajo te conformabai con le puro tetra y macoña chilena.

(en el oído del de la Rosa)

Pucha que anda perjumaito el cauro. Oye, ¿y acá tienen de la gúena? Y voh, Rosa Mosqueta, ¿así que te las venih dando e´pueta? si voh cabro te pusiste así de raro con la custión ésa de poesía.

(a la cocinera)

Güenas misiá. Como le va. Bonita cocina oiga. No quiere qur le enseñe hacer unas cazuelitas de osobuco y pastelito e choclo. Y usté me da una receta e paella pa cuando guerva pal sure. Ojalá que este cabro oiga, el Mosqueta, no le vaigan a pegar más malas costumbreh por acá, como si lah tuviera pocah. Mire que si llega hablando así a la pobla se puro pitean por fleto.

(a la Doncella Therse)

Ya, ya mijita, Vámonos andando pal castillo que le toca su rosario y el agua e las carmelitas. Y ese libro que lleva ai: Na-nà, chis, como si una no hubiera llegao a octao vásico. esa es una sarta e cochináh, mire si hasta me pongo colorá de andar viendo el libro como ese.

(A la cocinera)

Y mucho gusto misiá: ¿cuál es su gracia? oiga y no le crea na al Mosqueta, que hllá en la pobla ná que le hacía remilgos al hulpo con cebollitas en escabeche y al carnoté...

(al de la Rosa)

Saaaaaaaaaáhh

(A la Doncella)

Y usté mijita no se me quede ná como pasmá con los ojos como e sapo. Vamos a rezar el rosario y unas novenitas e llapa.

Anónimo dijo...

aaaaghhhhhhhh, me ahogoooo

Thérèse Bovary dijo...

(Therese entre enojada y triste)
¡Qué terrible esta señora Eduviges! ¡Qué maneras tiene!
¡Y cómo trata a las personas!
Se nota que nunca ha trabajado en un reyno y además debe tener una especie de enfermedad del lenguaje y de las ideas porque confunde a las personas.
Me pregunto quién y para qué la contrataron.


-Ya pues, mijita déjese de murmurar y camine rapidito. No la quiero ver más por esta cocina del pecado...
(la tironea del brazo porque la dondella sigue mirando hacia atrás)
Va a tener que ponerse a rezar harto, mijita, para que se le quite el diablo del cuerpo... tendré que advertir al rey de todo esto que he visto... pero él se lo pasa durmiendo nomás...
Ya camine rapidito nomás y no me venga a poner cariotas...

Anónimo dijo...

(Trantando de entender lo que está pasando)

¿No estarán narcotizando al Rey?

Marga dijo...

Doña mijita.. y rabo de toro? sabría enseñarme la receta? (já con la viejeta... será cogorza o logopeda necesita?) por estos andurriales muchos toros hay y ninguno capado por lo que he visto hasta ahora...

No creeis, Caballero?

No seais impaciente y dejad las manitas quietas!!! ese pata negra no es para vos... mejor el jarellana con un sorbito de vino de Toro.
No, no habrá concesiones aunque me mireis con esa cara de gato en celo y dejad de maullar que me volvereis loca!!

(la cocinerita se siente divertida y se contonea por entre la mesa sonriendo y bailando un mambo)

Bufón de la Corte dijo...

(Entra a la cocina el Bufón,
con un hambre de días)
.
Buenas tarde cocinera linda.
tendréis un bocado
para un condenado?
.
(piensa)
.
“Por qué dije eso?
No entiendo.”
.
(Come pausado.
Medita…)
.
(Está ido.)
.
“Tomé el infame menjurje
y vi… espectros
que fornicaban…”
.
“…Una sombra…”
.
“…Batirse de alas…”
.
“…y un agudo
dolor de garganta.”

“Sueños confusos?
de pesadilla y…???”
.
“Por qué no recuerdo?”
.
(Sigue comiendo)
.
“¿Y esta hambre,
que nada me calma.?”
.
“Observa a la cocinera,
recuerda…
que le acariciaba las piernas…”
.
(Nada le llena el vacío)
.
(Observa las armonía
de las formas, de nuevo)
.
(Considera los pechos,
las piernas,
la picardía del rostro,
la alegre sonrisa,
y, al posarse sus ojos
en las ricas caderas,
lo ilumina
un remoto recuerdo)
.
(Musita…)
.
¿Será?...
.
(Con golpeando la frente,
ostensible,
ante la cocinera;
de manera
que le resulte
a ella palpable
que de algo se acuerda,
le dice.)
.
¡Qué tonto!
.
Olvidé mostraros
los pasadizos secretos
.
¿Estamos a tiempo?
.
Gracias por la comida.
.
Si queréis conocerlos ahora
nos basta
cruzar esa puerta.
.
(Señala un contrafuerte,
lo empuja,
y se abre
la entrada secreta
al aposento
Bufón-Cocinera.)
.
(Penetra.)
.
(Y al alcanzar la penumbra
Detiene sus pasos
Y espera…)
.
(Algo no encaja,
algo le escuece en el alma.)
.

Thérèse Bovary dijo...

Ayyyyyy, mi pobre y adorable bufón, no sabe qué le ha pasado todo este tiempo. Hasta querían ponderlo en la horca siendo inocente.

Yo quiero mucho, mucho, mucho al bufón y prometo por mi honor (que no tengo mucho) que haré lo que esté en mí para protegerlo.

Besitos bufoncito, mononito, y dulce y graciosito.

grandchester dijo...

.
(El Cardenala)
.
Amable cocinera.
.
Quisiera pediros un favorcito.
.
La Novicia Obediente
que puse a vuestro cuidado
a dado
en albergar
ciertos sueños absurdos.
.
Sé que no es vuestra culpa.
.
Pero la niña
se está descarriando
y yo la tenía reservada
para ciertos servicios.
.
Os encargo usar la correa
con los vergajos
que os regalé.
.
y darle antes
o después de la boda
unos cuantos azotes
en las posaderas
de potranca impetuosa.
.
Hacedlo de manera
que aparte
de traerlas calientes,
como evidentemente las trae,
las traiga rojas
y ardientes.
.
La chiquilla
es lista, linda
y valiosa.
.
Yo confío
en que su vida
será de portentos
y la preparo con tiento
para abadesa
de nuestro convento.
.
No obstante,
la muy descarada
anda soñando
con lechos distintos
a los del Altar
de la Catedral.
.
Creo que se ha contagiado
de las quimeras románticas
de la Cuidadora de Gansos.
.
Explicadle a la Novicia
que si no es Cristo
que ministra por medio
de Su Santidad
otro esposo
nunca tendrá
y es su destino
entregarse al servicio
del Clero.
.
.
Os bendigo,
Cocinera Piadosa.
.
Azotad con amor,
por su bien,
a la Novicia Pingüina
.
.

.

Anónimo dijo...

Sazonada y graciosa Cocinera:
las campanas repican al viento,
boda, boda, boda,
y todos los súbditos
de este reino
acuden prestos al tañir:
venid vos con vuestros
manjares suculentos
que ahora se unen los enamorados
y hay brisa, luna y canto de cigarras,
no se escuchan malos agüeros
y el sapo croa en celo,
y la luna se emborracha
con su reflejo en los toneles
del grueso y tinto vino:
Venid cocinera,
el Rey os requiere más por vuestra
apostura y generosidad
que por las puras viandas,
aunque, mmmmm.... ¡cómo huelen!